La resistencia física no se construye de la noche a la mañana. Necesitas constancia y paciencia. No caigas en la trampa de las promesas de mejoras rápidas en tiempo récord.
Debes aprender a utilizar la vía energética de los ácidos grasos, lo que te permite mantener un ritmo constante durante largas distancias. Tu sistema aeróbico, también conocido como sistema oxidativo, es tu mejor aliado en este proceso. ¿No sabes cómo hacerlo?. Nosotros podemos ayudarte.
La adaptación gradual te ayudará a evitar lesiones y retrocesos en tu entrenamiento. El cuerpo necesita tiempo para ajustarse a las demandas de las distancias más largas. Evita la sobrecarga y presta atención a las señales que tu cuerpo te envía. Una pequeña lesión puede retrasarte semanas, por lo que escuchar a tu cuerpo es esencial.
Entiende que cada persona es única y responde de manera diferente al entrenamiento. A lo largo de la temporada, debes adaptar tu entrenamiento según tu progreso y adaptación a entrenamientos anteriores. No existe una fórmula única para todos.
Se tiende a entrenar en exceso, con más volumen y velocidad de lo necesario. El descanso es una parte integral de tu entrenamiento. Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse y adaptarse al estrés del ejercicio. No subestimes la importancia de programar días de descanso activo y darle a tu cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse.