Hay que tener una gran base y haberse preparado a conciencia en muchos aspectos.
El día de la prueba no estrenes. Ni zapatillas, ni ropa, ni nada.
Debes tener un ritmo objetivo en mente. Lo debes calcular según cómo han ido tus entrenamientos. Si tienes dudas, un entrenador es una buena solución.
Mente fría: no te dejes llevar por la euforia de los primeros kms o destrozarás tu estrategia y entrenamiento previo.
Se constante y paciente, vete adaptándote a tus sensaciones de ese día y disfruta.
Prepárate mentalmente por si sufres un contratiempo (te pisan y se sale una zapatilla, un resbalón, caída...) y supéralo sin nervios. Forma parte del guion.
Mantén una alta activación y un alto nivel de control mental.
Calienta como acostumbras y sitúate en la salida en la zona correspondiente a tu nivel, rivales...